Técnicamente, todo el contenido puede almacenarse para siempre, pero eso no es práctico ni asequible. Aumentar la densidad de almacenamiento significa que es posible almacenar más contenido en la misma cantidad de espacio pero, dado que la resolución de medios también aumenta, el tamaño de almacenamiento debe aumentar al mismo ritmo. Por si fuera poco, no hay un único tipo de almacenamiento que se adapte a todas las necesidades. El almacenamiento rápido es caro a largo plazo, mientras que el almacenamiento barato y más lento no resulta práctico si hay una necesidad inmediata de acceder al contenido o material. Igualmente, la nube es ideal para archivos que deban estar disponibles de manera global, pero no hay que olvidar los aspectos relacionados con la seguridad y el aumento de costes que supone el almacenamiento a largo plazo, mientras que las cintas de datos tienen una enorme capacidad pero el acceso que ofrecen es lento. Por lo tanto, para reunir un archivo digital con éxito, la respuesta no está exclusivamente en el tipo o cantidad de almacenamiento, sino en cómo se organiza el contenido. Adoptar una política de archivo y una jerarquía de almacenamiento inteligente es el secreto para crear un archivo digital con éxito. Para ello hay que comenzar haciéndose una serie de preguntas sobre el propio contenido, como: ¿Cuál es la justificación económica para mantener el contenido? ¿Qué calidad de vídeo se necesita? ¿Con qué frecuencia y rapidez será necesario recuperar un activo del archivo? Una vez respondidas estas preguntas, se puede organizar el contenido en una estructura por niveles jerárquicos, definidos por uso, disponibilidad y valor y, a continuación, poner en marcha una solución de almacenamiento adecuada que se adapte a esos requisitos.

Una opción es utilizar el sistema Optical Disc Archive (ODA) de Sony. Los usuarios pueden beneficiarse de la fiabilidad de los discos ópticos para almacenar datos de forma segura y elegir entre los distintos tamaños de archivo: desde una única unidad USB que funciona como una unidad de disco duro en un ordenador hasta una opción de biblioteca capaz de gestionar 1,7 petabytes. Es fácil de manejar, se sirve de medios físicos asequibles sin piezas móviles y permite acceso aleatorio y rápido al contenido. Por tanto, se puede utilizar ODA tanto para almacenamiento a largo plazo como para un uso «nearline». Y, dado que utiliza discos ópticos, los datos pueden almacenarse durante periodos de 100 años o superiores sin necesidad de un entorno climático especial ni migraciones. Esta no es la única opción. También es posible optar por una solución de archivo híbrido que combine un rápido almacenamiento «nearline» con un ODA, por ejemplo, como ha hecho Sony con Object Matrix. Cada archivo es diferente. Lo fundamental es disponer, en primer lugar, de una política de archivo inteligente. Una vez implementada dicha política en una configuración de almacenamiento adecuada, las cadenas de televisión y los propietarios de medios pueden poner en marcha un archivo digital seguro, rentable y que se adapta perfectamente al mundo sediento de contenido de hoy en día.