La película nominada al Oscar "El hombre que vendió su piel" se filmó con VENICE
Entrevista con el director de fotografía Christopher Aoun, BVK
El hombre que vendió su piel cuenta la historia ficticia y conmovedora de un refugiado que se transforma en una obra de arte viviente con el fin de comenzar una nueva vida. La película se estrenó en el festival de cine de Venecia, donde el protagonista Yahya Mahayni ganó un premio como mejor actor, y también fue nominada como mejor película internacional en la 93.a ceremonia de los premios de la Academia.
La película fue escrita y dirigida por Kaouther Ben Hania, cuya película La bella y los perros (2017) también recibió una nominación al Oscar. Su guion más reciente ganó el premio al mejor guion en el Festival de Cine de Estocolmo y su potencial captó inmediatamente la atención del director de fotografía Christopher Aoun, una estrella de la cinematografía en ascenso, quien ganó el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes de 2018.
“Cuando leí el guion por primera vez, la idea me deslumbró, me pareció brillante”, comenta Aoun. “Hablé con Kaouther, la directora, y acepté el proyecto de inmediato. Realmente me gustó el contraste entre el mundo árabe y el europeo”.
Uno de los principales motivos por los que elegí la cámara VENICE fue la reproducción de colores que obtendría, especialmente, al trabajar con luces LED y pasar a tonos azules y rojos oscuros que son muy difíciles de conseguir. Lo que me sorprendió mucho de trabajar con esos colores en la posproducción fue cuánto podían modificarse.
Luz y reflejos
Uno de los objetivos clave de la película era explorar visualmente la temática de la identidad y cómo se definen las personas, algo que le daba un nivel de importancia adicional a la elección de la cámara. La opción elegida por Aoun debía entregar el aspecto que él quería sin dejar de ofrecer un uso práctico y confiable en función del presupuesto que tenían.
“He probado muchas cámaras y realmente me gustaron los tonos de piel de la cámara VENICE de Sony, y los filtros ND internos que tenía también se veían muy prácticos para ahorrar tiempo en el set”.
El hombre que vendió su piel exigía trabajar cerca del actor para capturar el tatuaje de una visa Schengen que es la esencia de la trama. El kit de extensión CBK-3610XS de VENICE, que permite separar el cabezal del sensor de la estructura que se usa en la grabación, fue una ventaja especial en estas escenas íntimas.
“Para El hombre que vendió su piel, debía contar con una cámara muy pequeña y compacta, ya que íbamos a trabajar mucho con los reflejos. Y la única forma de obtener esos reflejos era tener una estructura muy pequeña para los espacios estrechos donde estaban los espejos”.
Una de las escenas más fuertes de la película es la exhibición del personaje principal en un museo de Bruselas.
“Queríamos un espacio que se sintiera muy frío, pero, a la vez, se pareciera a un lugar de ciencia ficción con nada humano en él. Y queríamos conseguir ese aspecto religioso. No podíamos lograrlo con el diseño del set, por lo que, simplemente, decidimos crear el espacio con rayos de luz. La idea era colocar pequeños espejos en el lugar, que era negro, para que desaparecieran y uno no supiera dónde estaban, pero darle forma a la luz y que el espacio tuviera esa estructura que se siente extraña al estar allí, porque uno no sabe qué son esos rayos de luz y por qué cambian”.
He probado muchas cámaras y realmente me gustaron los tonos de piel de la cámara VENICE de Sony, y los filtros ND internos que tenía se veían muy prácticos para ahorrar tiempo en el set.
A medida que la cámara se movía por el museo, Aoun quería generar la impresión de que cada escena tenía un aspecto diferente, como si se observaran distintas obras de arte.
“Usé filtros que le dieron a la película un aspecto específico. Coloqué dos filtros gradientes en la parte superior e inferior para colorear realmente toda la imagen, salvo la parte del centro. Y se siente como un ojo… como si cerraran un poco los ojos, lo cual, me parece, aporta algo analógico”.
Al recordar El hombre que vendió su piel y Cafarnaúm (2018) (ambas películas nominadas al Oscar), Aoun se siente especialmente complacido por la aceptación del público a nivel internacional.